Para Elizabeth la felicidad está en la libertad de poder elegir libremente los placeres que la hacen feliz: pasear entre las flores y las plantas de su jardín, ver pasar las estaciones, leer y jugar con sus tres hijas, ajena a la rutina doméstica, a los problemas de la servidumbre y a la incomprensión de su marido.
Una inteligente radiografía de los espacios personales, de las relaciones, de la felicidad, de la soledad entendida de la mejor de las maneras, de las decisiones y de las opciones que se toman a la hora de definir cómo, con quién y con qué decidimos ser felices.
Con una forma de escribir natural, fácil, y con un sentido del humos perspicaz, descarado y burlón.
Elizabeth von Arnim llega a nosotros con un mensaje que cabalga el tiempo y se instala con soltura en al actualidad. Recomendable leer lenta y pausadamente.
Aprovecha el verano para leer.
Disfruta de la vida
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