Este verano nos hemos ido toda la familia a Cracovia, nos hemos podido juntar en esa ciudad tan maravillosa y tan machacada por la historia. Mis hijos han ido desde Tubinguen y Londres.
El verano es un espacio de tiempo para romper con la rutina, un espacio de encuentro, un espacio de enriquecimiento, de caminar, de tomar el sol y nadar en la playa, de conocer otras culturas, de escuchar música... Es muy necesario para restablecer el equilibrio del cuerpo y la mente, podemos irnos lejos o cerca o incluso no irnos pero hacer cosas diferentes, playa, monte, música, quedar con amigos que en el invierno es mas complicado...
Os pongo un resumen de imágenes que mas me han gustado:
La plaza de los baños con su Basílica Santa María y el vuelo armónico de las palomas.
Visitamos el Castillo y la Catedral de WAWEL, con torres diferentes según el gobernante de turno ha mandado construir, pero algo que nace en discordia le da una singularidad perfecta.
Estuvimos en el campo de concentración de Auswitch Birkenau. Lugar que todo el mundo debería visitar, sobre todo los jóvenes, para darse de cuanta hasta donde llega la barbarie y estupidez de algunos humanos. Y descubrimos que esa misma historia se esta reproduciendo en estas momentos en muchos lugares de la tierra pero nos pilla lejos y parece que no lo sentimos tanto.
También visitamos las Minas de Sal de Wieliczka bajando 800 escalones en la profundidad de la tierra y dando gracias a la vida por estar en forma de poder hacerlo. Vimos la dureza del trabajo bajo tierra y descubrimos la catedral de sal. Allí también descubrí que se hacen terapias para personas con problemas respiratorios.
Escuchamos música de cámara y órgano en varias iglesias
Visitamos el barrio judío Kazimierz y el getto de Cracovia
Lo que queda del muro
Bueno y también comimos
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