Utilizo la misma manera de hacerlas que las croquetas de atún y gambitas, cuando uno coge la el punto puede hacerlas de lo que le apetezca.
INGREDIENTES:
- 150 gr de espinacas frescas
- 125 gr de queso
- 125 cc de aceite de oliva
- 170 gramos de harina blanca de espelta
- Medio litro de leche.
- Sal al gusto.
Desarrollo:
En una sartén de cerámica se pone el aceite y cuando esta caliente se echa la harina con la sal y con una cuchara de madera se va dando vueltas hasta que no haya grumos. La masa tiene que quedar cremosa, si no es así, echar un poco más de aceite.
A continuación poco a poco se echa la leche, se va removiendo para que quede cremosa y sin grumos. Cuanta más leche más cremosas.
Antes de empezar esta masa se han hervido las espinacas con unas pocas semillas de sésamo, se han escurrido y se han puesto en una sartén con muy poco aceite y se echa el queso rayado, del tipo que nos guste, y se remueve para que este todo bien repartido y bien ligado.
Esta mezcla se añade a la bechamel y se da bien vueltas para que se ligue y quede una masa uniforme.
Esta masa se pone en un plato llano, todo bien extendido, como en la foto superior.
Se dejan un rato que se enfríen y se introduce el plato en el frigorífico, se dejan entre 12 y 24 horas.
Para formar las croquetas se cogen dos cucharas o con las manos bien limpias se coge un porción y se le da forma. Se pasan por pan rayado-huevo batido-pan rayado.
Ya están listas para freírlas en aceite bien caliente.
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